
La industria de fondos de inversión inmobiliarios se preparan a enfrentar un fuerte cambio tributario, que podría impactar en la rentabilidad de los aportantes, según reconocen en el sector. Debido a las modificaciones de 2007 por la reforma al mercado de capitales (MK2) desde el 1 de enero de 2012, los fondos inmobiliarios ya no podrán mantener inversiones directas en activos de ese tipo y deberán traspasarlos a sociedades, y a partir de esa fecha pagarán impuestos.
Como tales fondos de inversión hoy no tributan, en el mercado se prevé que pueden tener efectos en su rentabilidad. La normativa busca poner fin a las actuales diferencias impositivas entre desarrolladores inmobiliarios. Desde 2012, los fondos no podrán tener actividad inmobiliaria directa como leasing o rentas por arrendamientos.
En tanto, los fondos que no hagan un traspaso a sociedades deberán ser liquidados por un liquidador designado por sus aportantes o la SVS.
En la industria trabajan a toda marcha para adecuarse a la nueva normativa y las principales administradoras ya están creando las nuevas sociedades. En Banchile optaron por adelantarse. Este año, la administradora comenzó a ejecutar sus nuevas inversiones a través de sociedades.
En el caso de los fondos más antiguos, todos tendrán traspasados sus activos en diciembre. "Pesar a que la ley aún no está regulando esto, muchas de nuestras inversiones ya están planteadas en sociedades anónimas directamente", afirmó David Cohen, de Banchile AGF.
En esta línea, Fernando Barros, de Independencia dice que, "efectivamente, baja la rentabilidad de los fondos de inversión y tendrá un efecto en la rentabilidad de la industria de los fondos inmobiliarios. Pero cualquier portafolio de inversiones en el mundo debe tener entre sus activos bienes raíces o rentas de éstos, por lo que no vislumbro efectos adversos en el mercado inmobiliario local".
Cohen sostiene que "nuestras evaluaciones hoy incorporan el impuesto dentro de lo que pretendemos generar como retorno de nuestros proyectos. Además, hay que tener claro que lo que la sociedad del fondo pague en impuesto, finalmente, también va a quedar como crédito".
La normativa podría traer problemas, dice Eduardo Martínez, de AGS Visión Inmobiliaria. Explica que la Ley de Urbanismo obliga a materializar o garantizar la urbanización de calles si se quiere enajenar terrenos. "Para sostenedores de suelos grandes que poseen dentro de sus terrenos calles gravadas por el Plan Regulador, eso implica que para poder vender deben entregar boletas de garantía que aseguren la materialización de esas calles o ejecutarlas, lo que puede significar varios miles de UF".